martes, 15 de febrero de 2011

Ruta invernal por el Norte de España (I) - Sierra de la Demanda, Alto de Barazar y Marismas de Santoña. 5-12/02/11

La idea de recorrer el Norte de España en invierno nos rondaba en la cabeza desde hace tiempo. Por fín, Chema, Julio y yo hemos podido compatibilizar agendas y hemos pasado 6 días increíbles con la inolvidable compañía del "bichu de Gormeján": Máximo (Muchas gracias por todo AMIGO!!!).

Nos pusimos en camino a las 23:00 del Sábado 5/2. La primera parada sería la Sierra de la Demanda (La Rioja - Burgos).

Allí teníamos pensado realizar una ruta de senderismo. Al final nos decidimos por la Senda de las Cascadas.

Esta ruta comienza en las cercanías del pueblo Santa Cruz del Valle Urbión, dejando el coche en el Área recreativa de Zarcia.

En el pueblo pudimos disfrutar de un grupo de unos 10-12 Piquituertos Loxia curvirostra. También vimos un Picogordo Coccothraustes coccothraustes, y un macho de Pinzón real Fringilla montifringilla posado en lo más alto de un Chopo Populus nigra, muy cerca del comienzo de la ruta.



En el inicio del camino, al pasar por el pequeño puente que cruza el Río Urbión, vimos fugazmente 2 Mirlos acuáticos Cinclus cinclus persiguiéndose. Durante la ruta fueron muy abundantes los Carboneros garrapinos Parus ater y Pinzones comunes Fringilla coelebs.



La ruta era bastante dura en algunos momentos y unido a la cantidad de hielo y nieve presente en algunas zonas con desnivel nos hizo dar la vuelta al llegar a la primera de las tres Cascadas: Salto Pequeño (nos faltó por tanto, Salto Largo y Salto Doble).






Volvimos sobre nuestros pasos y nos comimos el bocata en el Área recreativa, bajo un sol que incluso nos obligó a quitarnos el chaquetón.

Sobre las 15:30 pusimos rumbo a nuestra segunda parada: el Macizo del Gorbea. Allí disfrutaríamos del dormidero de Pinzones reales que reunía a más de 2 millones de individuos.



Llegamos pronto y aún no se veía movimiento por la zona. Poco a poco algunos grupos de aves llegaban al lugar.

Al principio pasaban de largo o se posaban en árboles alejados, lo que nos hizo dudar del lugar donde se formaba el dormidero.

A medida que el atardecer llegaba los grupos se iban haciendo más y más numerosos. Es difícil explicar con palabras, fotos o videos lo presenciado ese atardecer en el Gorbea. Los grupos de varios cientos (o miles) de aves entrando al valle, el sonido del bando cuando caía en picado sobre los Cedros de Lawson Chamaecyparis lawsoniana o el sonido ensordecedor del dormidero en los últimos minutos de claridad. El vídeo marea un poco, pero los miles de ejemplares que entraban al dormidero por encima de nuestras cabezas, me hacía enfocar a uno y otro lado:




Con oscuridad casi total abandonamos la zona y nos dirigimos a los coches, previa celebración de lo vivido con una cervecita.

Tras discutir si pasar la noche por allí o poner rumbo a Santoña y amanecer allí, optamos por lo segundo. El lugar elegido fue la Pensión Siete Villas, del todo recomendable.

En las Marismas de Santoña no tuvimos mucha suerte con las aves marinas. El tiempo era primaveral y el mar parecía un embalse de aguas mansas (supongo que poco usual en el Cantábrico).
Sí disfrutamos de la belleza de estos lugares, tan repetidos en las crónicas de avistamientos importantes de nuestros colegas "norteños".
Después de buscar sin éxito la Foca que se estaba viendo estos días por el Puerto de Colindres, nos dirigimos a intentar dar con algún colimbo al Puntal de Laredo. Tampoco hubo suerte, a destacar 2 Gaviones atlánticos Larus marinus en vuelo hacia el interior de la ría.




En la siguiente parada, la Marisma de Cicero, vimos bastantes Chorlitos grises Pluvialis squatarola y un solitario Correlimos gordo Calidris canutus, entre otros limícolas.



En la Canal de Ano pudimos disfrutar de hasta 4 Zampullines cuellirrojos Podiceps auritus durante un buen rato. Esta especie es invernante regular en la zona, pero hasta hace poco se consideraba rareza en España.

A continuación nos desplazamos hasta la cercana Cantera de Escalante, donde vimos a placer un Halcón peregrino Falco peregrinus disfrutando del sol de la mañana. También pudimos ver un pequeño grupo de Ánsares comunes Anser anser en el pólder.



Echamos un pequeño vistazo al Observatorio de la Arenilla, donde había un señor haciendo digiscoping. . Ya era hora de comer y fuimos a dar buena cuenta del bocata a las cercanías de la Plaza de Toros de Santoña, en pleno paseo marítimo.

Después del bocata, fuimos a echar un vistazo a las Charcas de El Dueso. Tenían bastante movimiento de anátidas, pese a encontrarse al pie de una carretera con mucho tráfico. Incluso un Porrón moñudo Aythya fuligula se dejó fotografiar a menos de 10 metros de distancia.

Aquí pusimos punto y final a nuestra visita a las marismas.

Sobre las 4 de la tarde pusimos rumbo a Langre, para probar suerte con los escribanos lapones. Tampoco tuvimos suerte (una vez más). De todas formas, este paisaje es de obligada visita: increíbles praderas que desembocan en el mar, salvando un acantilado vertical que alcanza los 30 metros. También se sumó una espesa niebla, que contribuía a que aquel momento resultara único...

Un grupo de Alondras comunes Alauda arvensis, nos hizo acelerar el pulso por momentos y pensar en los visitantes lapones. Un solitario Zorzal alirrojo Turdus iliacus intentaba refugiarse del frío en un pequeño arbolillo. La sorpresa saltó (nunca mejor dicho) a escasos metros por delante: una Chocha perdiz Scolopax rusticola emprende el vuelo y se pierde en la espesa niebla.


Acabamos el día en la Bahía de Santander. Los últimos minutos de luz los dedicamos al macho de primer invierno de Porrón bastardo Aythya marila presente en Marismas blancas.

Al día siguiente la cita era en el aparcamiento de las Marismas de Alday a las 8 de la mañana. Al entrar en el observatorio de la laguna nos sorprendio el "paisaje nevado" entre brumas que forma el dormidero de Garcillas bueyeras Bubulcus ibis en las isletas próximas. Aqui vimos algunos grupitos de Agachadizas comunes Gallinago gallinago, bastantes Avefrías Vanellus vanellus y unas 9-10 Espátulas Platalea leucorodia, además de muchas anátidas (porrones comunes y moñudos, frisos, cucharas, rabudos, alguna cerceta común, etc...).



Tras una horita y algo pusimos rumbo a la Playa de Santander (previa parada para desayunar y dar buena cuenta de un magnífico Sobao!!). Aquí la suerte comenzó a cambiar. Fué "llegar y besar el santo", ya que en las primeras rocas que miramos pudimos ver una de las aves que se me resistían: el Correlimos oscuro Calidris maritima. Pudimos ver, al menos, 3 ejemplares a la vez y bastante cerca. Se dejaron fotografiar y flipamos de lo lindo durante un buen rato. Aquí os dejo algunas fotillos de este precioso bichejo...




Continuamos hacia San Vicente de la Barquera. La primera parada la hicimos en el Cementerio de Abaño, desde donde contamos más de 200 Ánades silbones Anas penelope, más de 100 Zarapitos reales Numenius arquata y un par de Porrones moñudos (poco comunes en esta zona).

Desde el Puente de la Maza contamos más de 700 gaviotas, destacando alguna Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus.

Al ver poco movimiento, nos trasladamos a La Barra, o "espigón", como lo llamamos por aquí por el sur. Debía haber paso de álcidos, porque vimos muy muy lejos algunos "Alcaraos", que es como llaman por aquí cuando no se puede diferenciar si son Alcas Alca torda o Araos comunes Uria aalge. Aquí vivimos uno de los mejores momentos de observación (al menos para mi), cuando Máximo exclamó:"¡Aquí está!" Un precioso macho de primer invierno de Éider común Somateria mollisima. Durante las 2 horas que permanecimos aquí hubo momentos en los que se acercó bastante y pudimos sacarle alguna foto en la que se aprecia ligeramente.



CONTINUARÁ...

Expectacular concentración de Lechuzas campestres (Asio flammeus) en el S de España...






Gracias a las indicaciones de Diego Neyra a través de fororaoa (Red andaluza de Observadores de Aves), pudimos localizar esta concentración de Lechuzas campestres Asio flammeus. El lugar, muy cerca de la ciudad de Jerez, era una antigua zona inundable convertida en vertedero ilegal de residuos de la construcción, y rodeado por viñedos.

Llegamos a la zona sobre las 17:00 h. y muy pronto localizamos el primer ejemplar posado en una alambrada. Estaba a a unos 100 metros y disfrutamos unos minutos de ella antes de que emprendiera el vuelo.









Continuamos en coche muy despacio mirando a ambos lados del camino para intentar sorprender a otro ejemplar posado en las proximidades.

Al pasar un grupo de Tarajes Tamarix sp., Julio me susurra que pare el coche y retroceda. Sin entender muy bien por qué, doy marcha atrás colocándome a la altura del anterior Taray. En ese momento Julio comienza a hacer fotos sin mediar palabra. Yo sigo sin entender nada, así que me inclino hacia la ventanilla del copiloto para intentar ver el motivo de tanto secretismo.

Casi se me corta la respiración cuando veo una preciosa Lechuza campestre posada a unos 2 metros de la ventanilla. Este ejemplar dormitaba y parecía no importarle nuestra presencia. Estuvimos un par de minutos haciéndole fotos y seguimos adelante, para no molestarla mucho.

Nos colocamos al final del camino. Allí teníamos una buena panorámica de la zona, así que montamos el telescopio y esperamos a que aparecieran más lechuzas.

Localizamos 2 ejemplares más posados en el suelo, con un camuflaje perfecto.

Poco a poco el sol iba perdiendo fuerza. Entonces, comenzó "el recital". Primero fue 1. luego 3, 5, 6 Lechuzas campestres las que volaban por la zona. Unas en vuelo de caza, otras juegueteando entre ellas y otras reclamando en vuelo.

Contamos 28-30 ejemplares diferentes. Parece que este lugar lo utilizan como zona de descanso diurna, pues prácticamente ninguna se quedó por la zona al anochecer.

En fín, una experiencia inolvidable con una especie con la que, hasta hoy, me había topado muy pocas veces en mi vida...

martes, 1 de febrero de 2011

Rutas Puerto del Saucillo - Puerto Bellina y Puerto del Caucón - Tajo de la Caína. La Sierra de las Nieves hace honor a su nombre...30/01/11

Tras varios días de posibilidad de nieve en las sierras andaluzas, nos decidimos a visitar una zona desconocida por nosotros de la malagueña Sierra de las Nieves.
Esperábamos encontrar algo de nieve y disfrutar del verde, a veces oscuro, a veces blanquecino, de los expectaculares Pinsapos Abies pinsapo.

El inicio del carril de acceso la ruta se encuentra en la carretera de Ronda - Yunquera; en una rotonda muy cercana a este último pueblo hay un cartel indicativo.
La más que probable presencia de nieve en cotas altas hizo que aquel carril pareciera una romería. Esta presencia masiva de coches casi nos hizo desistir de hacer la ruta y buscar algo más de tranquilidad.

Al final seguimos adelante. Había muchísima gente en el Mirador del Puerto del Saucillo (1207 m.) pero, por suerte, bastante menos en el sendero.

El inicio de la ruta se interna en un bosque mixto de Pino carrasco Pinus halepensis, Pino resinero Pinus pinaster y algunos Pinsapos Abies pinsapo aislados. Comienza con una pequeña bajada y a continuación una suave subida durante, al menos, 700 metros. A partir de aquí el terreno va arriba y abajo pero siempre con una baja dificultad y al alcance de todos.
Al poco de comenzar ya empezamos a observar algunas zonas donde la nieve aún persiste. Las temperaturas bajo cero de esta pasada noche han convertido esta nieve en hielo.

En las copas de los pinos son abundantes los páridos, destacando el Carbonero garrapinos Parus ater y el Herrerillo capuchino Parus cristatus.

Tras 1´8 km. llegamos a un cruce de caminos. Aquí debemos optar por seguir el sendero Puerto Bellina - Puerto Saucillo si queremos completar esta ruta (2´4 km. para completar los 4´2). Nosotros decidimos tomar el camino hacia el Peñón de los Enamorados (1775 m.) y la cumbre del Torrecilla (1919 m.). No completaríamos esta ruta en el día de hoy pero si ganaríamos altura para poder disfrutar de la nieve, tan escasa por el sur de Andalucía.

Nada más optar por esta senda la nieve empieza a ganar terreno a la tierra y el paisaje se vuelve más bonito si cabe. A cada paso por este pinsapar, cada vez más denso, nos encontramos con paisajes dignos de una postal.

Al ir ganando altura, el bosque va clareando, dejando paso a la vegetación rupícola adaptada a estas duras condiciones climáticas. Aquí observamos los primeros Acentores alpinos Prunella collaris. Éstos y algunos Bisbitas Anthus sp. son los únicos valientes que se atreven a buscar alimento en la alta montaña, cubierta por un manto de nieve uniforme que llega en algunas zonas a los 40 cm.

Llegamos a una altitud de 1630 m. En esta zona había que extremar las precauciones, pues un resbalón en alguna de estas laderas heladas podía acarrear algún disgusto serio.

La temperatura rondaba los 0ºC aunque, al no soplar viento y tener el sol sobre nuestras cabezas, la ruta se hacía muy agradable.

Sobre las 14:30h. decidimos comenzar el descenso. En algunos tramos se hacía complicado el descenso por las placas de hielo.

Completamos la ruta circular, volviendo ahora por una mancha pura de Pinsapos, aún más densa que la anterior y con ejemplares de varios centenares de años.

Siguiendo el descenso llegamos hasta el Pozo de Nieve de Yunquera, donde antiguamente se almacenaba durante todo el año el hielo "cosechado" en el invierno.

Al llegar a los coches nos dirigimos al Mirador del Caucón (1130 m.) donde comimos los bocadillos y un poco de vino dulce de la tierra.
Tras la comida, comenzamos la ruta del Mirador del Caucón - Tajo de la Caína. Esta ruta también es circular, de poco más de 4 km., pero de una dificultad superior a la anterior (media, en este caso).
Comienza con una bajada y se adentra muy pronto en un valle precioso,
con un increíble Pinsapar maduro de bastante extensión. Este bosque nada tiene que envidiar al de otras zonas más conocidas, como la zona del Cortijo de Quejigales, en esta misma sierra, o la Sierra de Grazalema.

Julio, Chema y yo decidimos buscar un buen sitio de observación pajarera y Paco y Jorge siguieron adelante y completaron la ruta.

No tuvimos mucha suerte con los túrdidos invernantes. El cielo se iba cubriendo de nubes y...comenzó a nevar!!! Unos finos copos caían sobre nosotros, mientras comentábamos que era la guinda de un día para recordar.

Recibimos la llamada de Paco y Jorge. Habían completado la ruta en un tiempo récord (apenas hora y media), así que regresamos al mirador. Allí la nevada se hizo algo más fuerte y disfrutamos como niños haciendo fotos y vídeos...